Un niño sentado en el suelo de grava.
Lo hace en su propio zapato para evitar la molestia y la suciedad del suelo.
Estupendamente sencillo y sorprendente.
No se ni si ha sido premeditado, ni siquiera lo habrá pensado.
Mas básico no puede ser.
Gracias Alejandro por enseñarme este puequeño secreto.